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CASA DE LA A-62

07/04/2022

Empezamos la ruta en bicicleta hasta llegar a nuestro destino final, a la casa de la A-62. Topamos con una especie de granja abandonada, aunque luego nos encontramos con el propietario y nos comentó que, seguía en uso. (No sé para qué, si estaba totalmente destrozada).

Después, pasamos por un supermercado para comprar refuerzos para todo el día. Continuamos con la ruta, hasta llegar a un colegio en construcción, aunque nuevamente no se podía entrar. Eso sí, nos encontramos una especie de caravana comida por la naturaleza al lado del río. 

Continuamos andando, hasta llegar a unas casas abandonadas, aunque solo pudimos entrar en un pequeño almacén para dejar las bicicletas. El resto de puertas, todas cerradas. Pasamos la fábrica abandonada de Las Luisas, el cual ya hay publicado un blog, y paramos en la estación de trenes para comer. Hicimos fotos a algunos que pasaban, y después de casi morir, seguimos la ruta.

Por el camino, vimos un leve incendio. Preguntamos a unos chicos que andaban por ahí, y nos dijeron que estaba controlado. Nos encontramos una especie de posada. Entramos, y no había nada más que un simple sofá y un poco de verde. 

Seguimos y por fín llegamos a nuestro destino. Una casa de 200m2, dos pisos con terraza, una piscina y unos garajes. ¿A quién no le gustaría vivir aquí?

Nada más entrar, nos encontramos un payaso dentro de una chimenea. ¿A quién se le ocurre hacer semejante estupidez? ¿Que quieres, matarnos de un susto? Que siniestro...  Investigamos la casa: Encontramos soportes para el embutido, que por cierto seguía ahí la cuerda; la cocina destrozada, bidones, productos de limpieza y estética, juguetes, y curiosamente, un VHS con el título "Anatomía de un asesinato" enfrente del payaso en la chimenea... Unas butacas, unos seis pares de zapatos, sillas, palés, cadenas... Un auténtico vertedero. 

Subimos al segundo piso, y para salir a la terraza no había que hacer nada más que pisar por trastos. Nos encontramos una pequeña barbacoa y unos bancos para sentarse.

Entramos a los garajes. Aparentemente, todo bien. En la primera sala había muchas piezas de un coche. En el segundo, una especie de sala vacía con algo de comida, seguramente de gente que viva ahí. La tercera sala, era una especie de taller mecánico. Miramos a un lado, a otro, y nos encontramos un trozo de una columna vertebral, y no era nada pequeño, no...

No sentíamos miedo, sino... Malestar corporal, por decirlo de alguna manera. Salíamos, y vimos un omoplato, luego huesos, más huesos, otro omoplato... ¿Se han comido a un humano?

Decidimos irnos, puesto que se nos hacía tarde. De camino, nos encontramos un iphone 6. Buscamos en el listado de llamadas recientes, llamamos, y conseguimos regresarlo a su dueño. Al parecer, le dejó encima del capó, y al girar con el coche, se le cayó, y ahí se quedó. De camino a casa, con el viento de cara, vimos una furgoneta algo destrozada en medio de la nada, curioso. 

Sinceramente, en este viaje no hemos podido entrar a muchos lugares. Pero, nos han pasado muchas cosas en tan poco tiempo. 

AVENTURA EN VIDEO

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